domingo, 4 de octubre de 2009

te invito a dormir







De entre todas las actividades vitales, Calle elige la que probablemente sea la más natural, inconsciente e íntima: la de dormir. Y les pide, a unos desconocidos, en su mayor parte, que lo hagan en su propia cama, transgrediendo una convención social básica del uso del espacio privado.

Asiste al ritual, con el rigor del psicólogo que analiza los comportamientos humanos, y al mismo tiempo, con la implicación inherente a utilizar como escenario su propia cama, participar en la acción de forma continuada e involucrarse de forma activa (pasiva en este caso por la actividad en sí) en algunos turnos.

Le interesa “crear situaciones arbitrarias que toman la forma de un ritual”. Plantear unas mínimas reglas del juego y dejar que suceda lo inesperado. Activar las respuestas subjetivas de los participantes (y de los espectadores de la obra) en función de las particularidades de cada uno y el azar de los encuentros.



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