miércoles, 27 de enero de 2010

domingo, 24 de enero de 2010

domingo, 17 de enero de 2010

viernes, 15 de enero de 2010

lunes, 11 de enero de 2010

domingo, 10 de enero de 2010

sábado, 9 de enero de 2010

Roberto Aizemberg: luz propia






A partir de un minúsculo, y no por eso menos fantástico, programa de tv, me "impresioné" para escribir un poco, después de bastante tiempo sin hacerlo. Hace ya bastante tiempo que vengo acumulando, fantaseando, dibujando en mi cabeza, imágenes de mundos para traducir en pinturas.
Basado todo este proceso, en un interés particular por la metafísica, lo fantástico y el "futuro", y valga la ironía acerca de mi "proyectar" y la carrera que estudio, encontré sin ir muy lejos un referente de quien puedo extraer unas visiones muy interesantes y robar en el buen sentido, elementos muy poderosos. Todo hace a una historia o un relato.
Una constante que encuentro entre los pintores relacionados a esta temática es su pasión o interés particular por la arquitectura y el espacio tridimensional.
Roberto Aizemberg desafía esa bi-dimensión de la tela. Le escapa, casi queriendo meterse en sus propios cuadros y observarlos desde muchos lados. Se le suma una atracción hacia el misterio de lo deshabitado, y construcciones que escapan a lo normal.
Al igual que a Aizemberg y muchos otros individuos, me interesa la pregunta acerca del proceso creativo, casi como un estudio que potencia cualquier proyecto que se quiera encarar.
Leo lo siguiente en wikipedia, en palabras de un poeta (que no conozco) y me resuena un tanto a muchas imágenes ...Carlos Barbarito.

¿De qué nos habla el silencio en Aizenberg? De la soledad, de la condición humana, de nuestros límites y de nuestra finitud, de la angustia.


Destaco por sobre otras cosas, cierta constante a la hora de empezar a producir en la obra de Aizemberg. Leí que trabajaba en dos fases, con las que me siento bastante identificada. La primera es un automatismo generado a partir de un hacer más azaroso, y luego una selección muy específica que implica un descarte entre tanta producción generada. Creo que esta forma de trabajar tiene mucho que ver con estos tiempos actuales, en lo que todo puede convertirse en información y todo puede ser dato y luego "un algo" gracias a ese dato. Quizás esté siendo muy abstracta intentando explicar esto. Creo que una cierta confianza en un hacer desjuiciado, tenaz y continuo genera una gran montaña de información que luego necesita ser "esculpida" y refinada, combatiendo cualquier intento de boicot por parte de la ansiedad (gran peligro y generados de estrés). Así creo ir armando en mi situación específica, un planetario de constelaciones a organizar.

La singularidad de la pintura de Aizemberg radica en lo esencial. De manera muy eficaz logra volverlo visible. No por ser esencial, es concreto. A pesar de la pureza y sinceridad respecto a lo que quiere decir o intenta significar, termina generando duda y misterio. Cómo un elemento en concreto (en su figuración, cualquier forma o personaje, casi como si pudieran contarse como "elementos") representa una dualidad de significación o aproximación o incluso un centro a partir del cual pueden abrirse distintos caminos. A estas ideas se las emparenta con Giorgio De Chirico, a quien resulta obvia la comparación.
En otra descripción, podría decir que domina lo solemne, un espacio tan amplio que abruma e invade, una angustia existencial, un paisaje atemporal, el silencio, lo estático. Lo banal no entra en juego. Lo irreal es un universo en sí, paralelo a una cotidianidad ausente, pero que existe porque es la que aparece afuera del cuadro, la que observa y se extraña y fascina al mismo tiempo por sus escenarios. Todo esto me hace pensar en un tag hacia las animaciones de René Laloux y sus personajes monstruosos, deformados a partir de una imágen humana que se empieza a desfigurar para habitar la extrañeza. Creo que estas personas desearon en cierto punto, inventar su propio mundo. Una utopía más.
En toda esta creación, se acoplan las formas de producir y los métodos. Resalto, con mucha envidia, el poder para generar de manera exhaustiva el método y técnica para llevar a cabo un proyecto. Aizemberg admiraba la arquitectura del Renacimiento, y produce de manera obsesiva e intensiva una perfección de acabado muy especial y contrastante con la época. Las pinturas y los pinceles eran seleccionados con absoluta rigurosidad entre tantas otras cosas.

Se me ocurren muchos otros links para seguir escribiendo, pero por hoy es suficiente. Entre éstos: los mundos de Max Gomez Canle, las ideas de Bateson, las utopías del iluminismo, el romanticismo, el renacimiento otra vez, etc. To be continued ... por mucho tiempo.

El nivel de redacción disminuye a lo largo del día.





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